Capitulo
2
Cuando
desperté estaba recostada en un sillón. Lo último que recordaba
era la pelea con una pendeja, gritaba cosas sobre su novio y nos
comenzamos a empujar y golpear. Después una chica que me ayudo, más
gritos y creo que me quede dormida, o me desmaye.
La
cabeza me dolía bastante, sentía la cara hinchada. Me toque un poco
la cara y me di cuenta de que tenía algunas curitas, la mano también
estaba vendada y tenia gasa en brazos y piernas.
Mire
hacia mi derecha y había una chica, sentada en el piso mirando
televisión mientras comía helado, no lo comía, lo devoraba como si
fuera el ultimo helado de su vida.
De
repente se dio cuenta de que la estaba mirando.
- Oh ya despertaste. Mati- grito- ya despertó.
Cuando
la vi me acorde de ella. Era la chica rolinga que se había sentado
conmigo en el colegio. Ella también tenía algunas gasas en la cara
y los brazos. Había peleado también? Me había ayudado? Porque?
De
repente apareció un chico alto, de pelo negro un poco largo, algo
despeinado. Tenía una musculosa blanca y un buzo negro, aunque era
flaco tenia los brazos un poco marcados lo que le daba un aspecto más
brusco.
Se
acerco hasta donde estaba yo y se arrodillo para hablarme a mi
altura.
- Como te sentís? – me dijo, mirándome con unos ojos azules luminosos.
- Quien sos vos?-
- Ah soy Matías amigo de Lara- dijo señalando hacia la rolinga- como te desmayaste te trajimos a mi casa. Un vecino medico te reviso y dijo que mas que moretones y rasguños no tenes nada- me dijo sonriendo.
- Emmhh gracias- le respondí sin dejar de mirar sus ojos. la chica rolinga se había ido.
- Romina no?, que forma de empezar el primer día de colegio.- dijo riéndose. Tenía una sonrisa muy brillante.
- Ella me encaro. Y que iba a hacer si no hice nada malo. Ni sabía que el pendejo tenía novia.
- El Rusio jode con las chicas siempre, a pesar de tener una novia tan celosa.- me dijo – pero aun así siempre se queda con Mica.
- Igual no es que me gusto el pendejo, solo le seguí la onda un poco. Mañana cuando lo vea lo hago mierda.
- Si no lo haces vos seguro lo hace Lara.- se reía Mati.
- Hey Mati no queda más helado, tampoco hay hielo para hacer chocolatada fría- le dijo la chica rolinga apareciendo de la cocina.
- Bueno supongo que voy a tener que ir a comprar- dijo Mati levantándose- en un ratito vuelvo.
Mati
se puso una gorra roja y se fue. La chica rolinga se sentó en el
piso en el mismo lugar de antes a ver televisión.
Todavía
tenía puesto el uniforme, la pollera negra tableada con algunas
manchas de tierra, la camisa blanca abierta mostrando una musculosa
gris finita que dejaba ver un poco su corpiño rojo, las medias
negras con algunas rajaduras y tierra. No tenía puestas las
gillerminas marrones, se notaba cómoda, como si viviera en esa casa.
Me
preguntaba si era la novia de Mati, no era muy femenina que digamos,
pero la colita de caballo y ese flequillito que le quedaba un poco
encima de los ojos le daba un aspecto un poco tierno.
- Che – le dije – porque me ayudaste?-
- Porque quería- respondió sin dejar de mirar la tele.
- Querías que te cagaran a piñas por una piba cualquiera?-
- Vos te desmayaste, no viste lo que paso. Si Mati no me hubiera detenido seguramente esa pendeja hubiera terminado peor. Al menos deberías decirme gracias.- dijo volteando la cabeza hacia mí.
- Gracias- le respondí.
- No hay problema. Y como comenzó la pelea?-
- Esa chica, Mica me llamo hacia el terreno que quería hablar conmigo. Me agarro de la camisa y me dijo que si no me alejaba de su novio me iba a cagar a palos. Yo me enoje y la empuje y le dije que si no sabía controlar a su novio que no me jodiera a mí. Ella me pego un cachetazo y yo le devolví una piña. Y así comenzó todo.
- Che y no era más fácil decir que si a todo y evitar toda la pelea.-
- La pendeja me fue a encarar y a amenazarme por hablar con el otro idiota. Yo no me iba a dejar patotear por cualquier negrita.
- Mira vos, a pesar de ser rubia sos bastante brava- me dijo. Ya estaba acostumbrada a esos comentarios contra las rubias así que ni me moleste en contestarle.
En
eso sonó mi celular, era mi mama. Le dije que pase a la casa de unos
compañeros a tomar mate, aunque supongo que mentir era al pedo ya
que todos los moretones y cortadas se me iban a ser imposibles de
ocultar.
- Que barrio es este?-
- Córdoba.-
- Yo vivo en la Avenida Roca al 600.
- Ah es a unas cuatro cuadras de acá en subida.-
- Bien- le dije levantándome, el estomago me dolía mucho, y estaba algo mareada pero podía caminar.
- Ya te vas? No queres esperar a que Mati llegue con los helados?- me pregunto. La verdad tenía ganas de seguir hablando con ese chico de ojos celestes pero más ganas tenia de echarme en mi cama a dormir.
- Mejor me voy mientras puedo.
- Ok, te acompaño.-
- Está bien puedo sola-
- Emhh nah te acompaño- me dijo yendo a la puerta. Parecía una chica terca así que en vez de discutir deje que me acompañara.
Las
casas de ese barrio eran la mayoría de dos pisos. Parecía un barrio
de gente con plata aunque también habían muchas casas pequeñas y
en construcción. Lo que más me llamo la atención eran la cantidad
de arboles de cerezo que habían a lo largo de las veredas, la
mayoría eran grandes llenos de flores rosadas, producían buena
sombra y tenían un aroma agradable. Caminábamos bastante lento, me
dolían mucho los golpes y parecía que a ella también.
Lara
miraba los arboles y sonreía. Con todas las curitas que tenia en la
cara parecía una nena chiquita que se había lastimado jugando.
- Que le vas a decir a tu mama cuando te vea?- me pregunto
- Y supongo que la verdad, no hay forma alguna de disfrazarlo.- le respondí- y vos?
- Mis viejos están acostumbrados, igual recién los voy a ver el fin de semana cuando vuelvan de la casa de mi abuela.
- Porque no fuiste?-
- Tengo problemas con mi abuela, y con mi tía, y mi tío, básicamente mi familia entera pero con mis primos varones me llevo muy bien.- me dijo sin parar de mirar los arboles.
No
soy una persona que le gusta meterse en la vida de los demás así
que no le pregunte nada más. Siempre dije que si una persona te
quiere contar algo te lo va a decir sin necesidad de que le preguntes
nada.
- Vos y Matías son novios?- le pregunte como si nada.
- Nop solo somos amigos de infancia- me respondió. Yo no le dije nada, pero no le creía.
- No me crees no?- me pregunto.
- Para ser honesta entre amigos de la infancia siempre hay algo o al menos uno de los dos está enamorado del otro.
- La relación que tengo con Mati es distinta a la de otros amigos de la infancia y por eso jamás vamos a ser algo más que amigos.- me respondió fríamente. Seguí sin creerle completamente aunque se notaba muy segura de lo que decía. Al menos no son novios, eso me tranquilizo.
- Bueno esta es mi casa- le dije parándome en la entrada de una casa amarilla de dos pisos con un pequeño jardín en frente.
- Ok. Nos vemos- me dijo dándose la vuelta para regresar a la casa de Mati.
- Hey- le grite. Ella se detuvo y me miro- muchas gracias por lo de hoy y perdón por los golpes.
Ella
me miro como sorprendida y con una sonrisa me dijo –De nada-
Esa
noche mi mama me cago a pedos, me llevo al hospital y los médicos le
dijeron lo mismo que me había dicho Mati, eran solo algunos
moretones y rasguños. Le dio una crema para hacerme las curaciones y
cuando llegamos a casa después de bañarme me coloco esa crema por
todas las heridas.
Cuando
me acosté me dormí en seguida, dormí hasta las doce de la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario